Cuando entramos en la sala "La Riviera" dispuestos a ver a "Kid Koala" nuestras peores expectativas se cumplieron y es que ni 50 personas nos encontrábamos delante de la mesa del DJ cuando este comenzó. El canadiense se marcó una sesión realmente increíble de trucos, mezclando temas propios y de terceros. Lo mejor de verle pinchar es ver como disfruta haciéndolo, ya que siente las canciones, las canta y las baila. Pocos DJs he visto pasárselo tan bien mientras trabajan y eso hace que la sesión suene mejor y sea más divertida.
Lo que iba a ser una sesión breve de 20 minutos se alargó hasta 50 y logró ir llenando la sala hasta que salieron a escena "DJ Shadow" y "Cut Chemist". La pareja de DJs salió para presentarnos su último espectáculo, un auténtico show denominado "Hard Sell". Una actuación consistente en 8 platos en los que únicamente remezclaban vinilos de 7 pulgadas (de los pequeños) a 45 revoluciones por minuto, como aprendimos gracias a una proyección todos los discos que usaron eran originales y la dificultad de la actuación residía en el reducido tamaño de los vinilos y en la mayor velocidad de estos al girar.
La verdad es que es algo digno de ver, es impresionante el trabajo que llevaba: el cambio de discos era constante y conllevaba un alto grado de complejidad al tener que ir ensamblando un tema con otro entre los dos DJs. Pero una vez visto resultó cansino, tras la primera media hora ya no había nada nuevo que ver y todo resultó bastante pesado. "Kid Koala" se los comió con patatas y es que a pesar de la dificultad que entrañaba el espectáculo resultó bastante aburrido.
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